En 1898 se terminó la línea férrea que unía Matadí y Stanley-Pool en el Congo Belga. Esta vía de 390 kmts que se construyó entre 1890 a 1898, permitía salvar en dos días este trayecto que era inviable por medios fluviales debido a la serie de cataratas y rápidos que impedían la navegación del río Congo. Fue una tarea muy penosa que costó la vida a casi dos mil personas y que obligó a traer parte de los materiales desde la propia Europa y que si no hubiera sido por el apoyo personal del rey Leopoldo II hubiera supuesto la quiebra de la Compañía del Congo para el Comercio y la Industria. El ferrocarril era indispensable para sustituir a los cerca de 40.000 personas necesarias para mantener el tráfico comercial entre la llanura interior y la costa atlántica tal y como había declarado el famoso explorador Henry Morton Stanley al servicio del rey Leopoldo II.
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Arrivée de la première locomotive à Léopoldville en 1898. Fuente Wikimedia.
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