El ejemplar de “Cursus quatuor Mathematicarum …” que se conserva en la Biblioteca de la Escuela de Caminos fue donado por Vicente Machimbarrena el 12 de marzo de 1935. Es una obra de tamaño folio con encuadernación de pergamino a la rústica y guardas de papel, sobre el lomo liso se puede ver en el tejuelo escrito en tinta sobre la piel “Petrus Ciruelus Opera Mathematica”. Este tipo de encuadernación era la usual en el siglo XVI para los libros recibidos en rama (Clavería 2006). El pergamino aparece plegado sobre sí mismo (oculto por las guardas que van pegadas en la contratapa) en el interior de las cubiertas, formando ceja en la cabeza, pie y corte delantero. El libro está cosido con 5 nervios de pergamino retorcido y lleva cabezadas de hilo. La guarda trasera tiene dibujos en la parte de la contratapa.
La obra consta de cuatro libros siguiendo el sistema del quadrivium de las artes liberales (aritmética, geometría, perspectiva y música). El libro tiene una portada común, en la que se inserta el título en gran tamaño, dentro de una gran orla xilográfica, compuesta por cuatro piezas: en la inferior aparecen dos cornucopias con niños alados (putti), en los laterales encontramos dos pilastras con guirnalda colgante al exterior que soportan un entablamento con remate de roleos y en el friso la inscripción “INITIUM·SAPIENTIE·TIMOR·DOMINI” (el principio de la sabiduría es el temor del Señor, Salmo 111,10). Este proverbio aparece en el frontispicio de varias universidades como la de Los Andes, Venezuela o Aberdeen. En la parte inferior se puede leer (sic) en letra manuscrita el nombre de dos de sus antiguos poseedores: [Silio de Guifoles] y [Fdco. de Goygas].
El libro está foliado, no paginado, con apostillas marginales y con bellas ilustraciones en iniciales, orlas y epígrafes y gran profusión de figuras geométricas grabadas intercaladas en el texto. Para la impresión del libro se utilizó la “letra de Tortis”, que era una letra gótica que suavizaba la curva primitiva y cuyo nombre viene de los tipos que usaba el impresor veneciano “Bautista Tortis” entre los años 1481 y 1541. Este tipo de letra fue muy del gusto de Arnao Guillén de Brocar y Miguel de Eguía. Dentro del texto se observa un uso exagerado de abreviaturas y de una tipografía que permitía que entraran más letras por línea y más líneas por página, posiblemente para abaratar los costes de la edición.
Los impresores de la obra fueron los ya citados Arnao Guillén de Brocar (1460-1523) y Miguel de Eguía. No obstante, en esta edición de “Cursus quatuor…” se considera como impresor principal a Miguel de Eguía. La parte primera se atribuye a la edición de 1526 de Miguel de Eguía con fecha en la parte superior, encima del título. Las partes segunda y tercera pertenecen a la edición de Arnao Guillén de Brocar de 1516 y la cuarta parte tiene estado de 1528 como se observa en el colofón (Martín Abad 1991: 177 C bis).
Miguel de Eguía (1495-1544) fue uno de los principales impresores del siglo XVI en España muy influido por su suegro Arnao Guillén de Brocar. Eguía renueva la ilustración de los libros especialmente en las portadas, con el uso de orlas arquitectónicas de estilo renacentista. Utilizó tipografías góticas (de Tortis) y redondas, además de letra cursiva o itálica con unos tipos puros y unas iniciales de adorno de carácter artístico todo ello impreso sobre un papel de excelente calidad. Aparte de distinguirse por la edición de libros de carácter científico y de edificación, Miguel de Eguía fue el principal divulgador de la obra de Erasmo de Rotterdam, destacando la primera traducción al español en 1526 (Enquiridion: Manual del caballero cristiano). Disfrutó de gran popularidad por esta labor, que no obstante, compaginó con la edición de la obra de Pedro Ciruelo, el principal antierasmista de quién entre 1520 y 1528, llegó a imprimir ocho obras (Lyell 1997).
Retrato de Pedro Ciruelo situado en la Antigua Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. Fuente Wikimedia |
Se puede acceder al facsímil digital de la obra alojado en la Colección Digital Politécnica de la UPM.
Estudio científico de la obra:
El estudio de la obra de Pedro Ciruelo corre a cargo de Eduardo Salete Díaz, profesor de la Escuela de Caminos, Canales y Puertos. Eduardo Salete es Dr. Ingeniero de Caminos y Licenciado en Ciencias Matemáticas. Su labor se ha desarrollado en el entorno de la ingeniería hidráulica (patentes, publicaciones en congresos, revistas, libros y docencia) y el desarrollo informático destacando en la creación de aplicaciones para Ministerios, Canal de Isabel II o el desarrollo de programas comerciales como CivilFEM.
Si desea conocer más detalles sobre la labor docente e investigadora del Profesor Eduardo Salete puede visitar su página web.
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